La importancia del herraje.

El casco del caballo crece, al igual que nuestras uñas, continuamente. Se estima que cada mes el casco crece entre 6 a 10 m/m. como término medio, en función de diversos factores, entre los que se encuentran, la edad, la alimentación, el trabajo, la estación del año, el clima, etc. Este crecimiento se ve compensado por un desgaste continuo producido por el terreno. Un caballo desherrado, para compensar el desgaste de sus cascos en un día de trabajo, tendría que permanecer en reposo de dos a nueve días, según las condiciones del suelo en el que ha trabajado.

En estado salvaje, cuando sus cascos se vuelven sensibles por el excesivo desgaste, el caballo busca los terrenos más húmedos y blandos para desplazarse. Cuando, como consecuencia de la domesticación, pierde esta posibilidad es necesario proteger de alguna manera el casco del desgaste, para ello el hombre ha desarrollado a lo largo de la historia, y lo sigue haciendo, diferentes formas de protección, la más eficaz y más difundida es el herrado con herraduras metálicas tradicionales. Podríamos definir la herradura como una banda o tira metálica, curvada sobre uno de sus bordes, que se aplica al casco, sujetándola al mismo con clavos implantados en la pared, con el objeto de evitar el desgaste de dicho órgano.

Y sin embargo, con ser necesario en la mayoría de las ocasiones, hemos de reconocer que el hecho de clavar una herradura (rígida) sobre el casco (flexible) dificulta el normal funcionamiento del mismo, impidiendo el equilibrio natural del casco. Es por eso que el herrador debe estudiar y conocer en profundidad la anatomía, fisiología y biomecánica de los miembros y casco del caballo, de esa forma interferirá lo menos posible en su correcto funcionamiento.

En la primera fase del apoyo del casco se produce la amortiguación, en la que se produce la absorción de la onda de choque. Si a causa de la herradura y de su mala adaptación y colocación, el casco no realiza adecuadamente esta función, la onda es absorbida casi en línea recta llegando a diferentes regiones: pie, rodilla, espalda y vértebras. Esto es referido al miembro anterior, ya que soporta aproximadamente el
60 % del peso del caballo. El miembro posterior, está diseñado para impulsar, por lo que su funcionamiento es diferente, siendo ésta una de las causas por las que nos encontramos mayor número de patologías en los cascos anteriores que en los posteriores.

Casi todas la articulaciones distales (más alejadas del cuerpo) del pie del caballo son articulaciones que no permiten casi el movimiento lateral de las mismas, están diseñadas para que el movimiento articular sea de flexión-extensión, es así como el caballo está diseñado para correr en línea recta siendo un error, mantenido durante generaciones, dar cuerda en círculo durante horas a los potros en pleno crecimiento.

También el desgaste del casco, producido en estado salvaje, produce en el caballo el aplomado perfecto en relación con la conformación individual de sus miembros y la necesidad de carga y distribución de peso de sus extremidades. Cualquier cambio en la transmisión de fuerzas a través de la extremidad puede ocasionar lesiones a nivel de las articulaciones, por eso es tan importante que el aplomado del casco sea el correcto, correspondiendo con la conformación de la extremidad.

Así todos los factores que afectan a la calidad y funcionamiento natural de la pared del casco van a modificar la funcionalidad del mismo:

  • una alimentación deficiente
  • un clima frío y seco o bien demasiado húmedo
  • la falta de limpieza
  • la forma inadecuada del estuche córneo (topino, palmitieso, etc) que puede ser hereditaria o adquirida
  • las deformaciones de los túbulos córneos.

Un herrado adecuado, realizado de una forma profesional y siguiendo las normas básicas, es imprescindible para el correcto funcionamiento del pie del caballo. Pero no sólo es responsabilidad del herrador el bienestar de los cascos del caballo, en esta materia deben estar implicados y en estrecha colaboración el propietario, el veterinario y el herrador, un correcto trabajo en equipo marcará una gran diferencia en el bienestar y las prestaciones del caballo.

Fuente: Constantino Sanchez Martinez(Profesor de Herradores)

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